En los últimos años, a orillas de muchos ríos españoles crece una planta de tallos huecos, grandes hojas en forma de corazón y un porte que recuerda al bambú. Esta planta es conocida como Reynoutria japonica, siendo popularmente llamada bambú japonés. Aunque su apariencia resulta exótica y ornamental, su presencia representa una de las amenazas más serias para los ecosistemas ribereños, y, el río Asón y sus afluentes no se libran de este problema. La planta, introducida inicialmente como planta de jardín, ha tenido una expansión descontrolada que la ha convertido en una verdadera pesadilla para quienes gestionan la salud de los ríos.
El problema de Reynoutria japonica es su capacidad para formar densas colonias que desplazan a la vegetación autóctona, alteran el hábitat de la fauna local y modifican la estructura del suelo. Su potente sistema de rizomas subterráneos puede extenderse varios metros, haciéndola extremadamente difícil de erradicar por completo, y, favoreciendo que prolifere por encima de otras plantas. Además, la fragmentación de estos rizomas facilita su propagación aguas abajo, favorecida por las crecidas y el transporte de sedimentos, algo especialmente relevante en el municipio de Ampuero. Así, lo que en un momento parecía una planta inofensiva, se ha transformado en un enemigo silencioso que se propaga de manera casi invisible.
El avance de esta especie invasora genera preocupaciones ambientales, sociales y económicas. Por ello, dentro del proyecto de Restauración fluvial del Río Asón y afluentes en Ampuero y reducción del riesgo de inundación en las zonas urbanas, controlar está especie invasora es vital. Entender qué es Reynoutria japonica, cómo llegó a nuestros ríos y por qué resulta tan difícil de contener es básico para diseñar estrategias de gestión eficaces.
La restauración fluvial del río Asón y afluentes en Ampuero y reducción del riesgo de inundación en las zonas urbanas cuenta con el apoyo de la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR), financiado por la Unión Europea – NextGenerationEU.
Origen y características biológicas
La Fallopia japonica o Reynoutria japonica es originaria de Asia oriental, particularmente Japón, Corea y China, donde forma parte del ecosistema nativo sin representar problemas de invasión. Esta planta fue introducida en Europa en el siglo XIX como planta ornamental, valorada por su apariencia exótica y su capacidad para crecer rápidamente. Su éxito como planta de jardín fue también la semilla de su expansión no deseada, ya que, con el tiempo, escapó de cultivo y se adaptó a márgenes de ríos, vías férreas y terrenos baldíos, colonizando con sorprendente eficacia.
Se trata de una planta perenne que crece a partir de rizomas subterráneos muy desarrollados que pueden extenderse hasta 7 metros horizontalmente y 3 metros en profundidad. Cada fragmento de rizoma puede generar una nueva planta, lo que la hace extremadamente resistente a la eliminación mecánica. Sus tallos huecos recuerdan al bambú, con nudos visibles y crecimiento que puede alcanzar 2 o 3 metros de altura en una temporada, produciendo pequeñas flores blancas en racimos durante el verano y otoño, aunque en muchos lugares su reproducción más problemática ocurre por vía vegetativa. Su biología la convierte en una competidora formidable, formando colonias densas que sombrean y eliminan otras especies vegetales, modifican la estructura del suelo con su sistema radical y resisten herbicidas comunes. En ambientes ribereños como los del río Asón, los rizomas pueden ser transportados por las corrientes, lo que facilita la colonización aguas abajo.
Impacto ecológico en ríos y riberas
La expansión de Reynoutria japonica en entornos fluviales tiene efectos devastadores sobre la biodiversidad local. Al formar densos rodales monoespecíficos, desplaza por competencia directa a las plantas nativas que suelen tener un papel central en la estabilización del suelo y en la provisión de alimento y refugio para la fauna. Esta pérdida de diversidad vegetal repercute en cascada sobre insectos, aves, anfibios y mamíferos que dependen de esas especies autóctonas para su supervivencia.
Las crecidas estacionales arrastran fragmentos de rizoma río abajo, permitiendo su propagación y dificultando el control. Estos cambios geomorfológicos en los cauces pueden afectar la calidad del agua, la dinámica sedimentaria y la capacidad de los ríos para sostener sus funciones ecológicas. También existen impactos indirectos de carácter económico y social. La invasión de Reynoutria japonica eleva los costes de mantenimiento de infraestructuras ribereñas, complicando proyectos de restauración ecológica y obligando a destinar recursos públicos a su manejo.
Mecanismos de dispersión
Uno de los aspectos más problemáticos de Reynoutria japonica es su capacidad de expandirse de manera silenciosa y a menudo inadvertida. Aunque sus semillas no suelen germinar con éxito en muchas regiones, su sistema de rizomas actúa como un motor de propagación vegetativa implacable. Cada pequeño fragmento de rizoma o tallo puede enraizar y dar lugar a una nueva colonia. Esta característica significa que actividades tan comunes como el movimiento de tierra, la construcción de caminos o la limpieza de riberas pueden facilitar su dispersión involuntaria.
En ambientes ribereños, la amenaza se intensifica por el papel del agua como vector de dispersión. Las crecidas arrastran fragmentos de rizoma a lo largo de kilómetros, permitiendo que la planta colonice nuevas áreas aguas abajo. Esto convierte a los ríos en verdaderas autopistas de expansión para la especie.
Retos y estrategias de control
El control de Reynoutria japonica representa uno de los mayores retos en la gestión de especies invasoras. Su potente sistema de rizomas hace que los métodos mecánicos simples, como cortar o desbrozar, sean insuficientes e incluso contraproducentes si no se manejan con cuidado. La fragmentación de rizomas puede generar nuevas plantas, multiplicando el problema en lugar de resolverlo. Por eso, cualquier intervención física debe planificarse cuidadosamente, incluyendo la eliminación segura del material vegetal para evitar su propagación.
En el caso de Ampuero, se llevará a cabo una estrategia de control, que busca seguir los protocolos establecidos para controlar la biomasa invasora, previniendo la expansión de la especie fuera del ámbito de actuación del proyecto. Además, la estrategia clave es la prevención. Se debe evitar la propagación de Reynoutria japonica, siendo mucho más rentable y efectivo que intentar erradicarla una vez establecida. Esto implica sensibilizar a la ciudadanía, formar a operarios y responsables municipales, e implementar protocolos de limpieza y manejo de suelos en obras públicas. También es fundamental la colaboración entre administraciones, entidades de conservación y comunidades locales para compartir información y coordinar esfuerzos.
La restauración fluvial del río Asón y afluentes en Ampuero y reducción del riesgo de inundación en las zonas urbanas cuenta con el apoyo de la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR), financiado por la Unión Europea – NextGenerationEU.