Cantabria, una de las regiones más verdes de la península ibérica, es un auténtico mosaico de paisajes donde el clima atlántico, la orografía accidentada y la abundancia de cursos de agua han favorecido una extraordinaria riqueza vegetal. En este artículo conocerás la vegetación autóctona de Cantabria.

Entre todos esos ecosistemas, el valle del río Asón, en el oriente de nuestra región, constituye un ejemplo privilegiado de la diversidad y vitalidad de la vegetación autóctona cántabra. Este río, que nace en el Parque Natural de los Collados del Asón y desemboca en Santoña, atraviesa una sucesión de hábitats que reflejan la transición entre la alta montaña caliza, los bosques atlánticos y las marismas costeras.

Un entorno privilegiado

El valle del Asón se caracteriza por su relieve abrupto y su clima templado y húmedo, con precipitaciones que superan los 1.500 mm anuales. Estas condiciones permiten el desarrollo de una vegetación exuberante durante todo el año. En su recorrido, el río pasa por distintos pisos bioclimáticos, desde los bosques caducifolios de las zonas altas hasta los prados, alisedas y marismas cercanas a su desembocadura. Esta variedad de ambientes hace que el Asón sea un lugar donde conviven especies de gran valor ecológico y patrimonial.

Los bosques atlánticos: el corazón verde del valle

En las zonas medias y bajas del valle del Asón predominan los bosques mixtos atlánticos, formados principalmente por alisos (Alnus glutinosa), fresnos (Fraxinus excelsior) y robles (Quercus robur y Quercus petraea), que tapizan las laderas y acompañan al río en su recorrido. Estas especies, adaptadas al clima húmedo y templado, crean paisajes de gran frondosidad y diversidad, donde el sotobosque alberga helechos, musgos, avellanos y acebos.

Estas formaciones vegetales son esenciales para la estabilidad ecológica del río: evitan la erosión, filtran los sedimentos, amortiguan las crecidas y proporcionan sombra y refugio a la fauna acuática. Entre sus raíces y ramas se refugian truchas, nutrias, martines pescadores y libélulas, que dependen del equilibrio entre el agua y la vegetación.

Quercus robur

De la montaña al mar: la transición vegetal

El Asón culmina su recorrido en Santoña, una de las marismas más importantes del norte de España. Aquí, el agua dulce del río se mezcla con el agua salada del Cantábrico, creando un ecosistema de enorme riqueza biológica. La vegetación autóctona de esta zona está dominada por especies halófitas, adaptadas a la salinidad, como la salicornia (Salicornia ramosissima), la sosa (Suaeda maritima) y el limonio (Limonium vulgare). Estas plantas conforman paisajes únicos que cambian de color con las mareas y las estaciones.

Las marismas cumplen una función ecológica fundamental: son zonas de cría y alimentación para aves migratorias, filtros naturales del agua y amortiguadores frente a inundaciones. Además, representan el final de un corredor verde que comienza en el alto Asón y termina en las aguas del mar.

Conservación de la vegetación autóctona de Cantabria

El Parque Natural de los Collados del Asón, la Red Natura 2000 y la Reserva Natural de las Marismas de Santoña, Victoria y Joyel protegen buena parte de los hábitats que alberga la cuenca para su conservación. Además, programas de restauración de riberas y educación ambiental buscan recuperar la vegetación nativa y sensibilizar a la población sobre su valor.

Alnus glutinosa

Un patrimonio vivo

La vegetación autóctona que rodea al río Asón es mucho más que un paisaje: es un patrimonio vivo que cuenta la historia natural y humana de Cantabria. Cada especie desempeña un papel en el equilibrio ecológico y en la identidad del territorio. Conservar estos bosques, riberas y marismas es asegurar la continuidad de un ecosistema único, donde el agua y la vegetación se entrelazan en un ciclo que ha dado forma a uno de los valles más hermosos del norte peninsular.

Las marismas cumplen una función ecológica fundamental: son zonas de cría y alimentación para aves migratorias, filtros naturales del agua y amortiguadores frente a inundaciones. Además, representan el final de un corredor verde que comienza en el alto Asón y termina en las aguas del mar.

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Restauración fluvial del río Asón y afluentes en Ampuero y reducción del riesgo de inundación en las zonas urbanas cuenta con el apoyo de la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR), financiado por la Unión Europea – NextGenerationEU.