Las inundaciones en Ampuero se han convertido en una preocupación constante para vecinos, administraciones y expertos en gestión fluvial. El municipio, situado en la cuenca del río Asón, ha vivido diversos episodios de crecidas a lo largo de los años, algunos con consecuencias graves para viviendas, infraestructuras y actividades económicas locales. El problema de las inundaciones sucede en distintas épocas del año, ya sea por lluvias intensas, temporales atlánticos o deshielos, haciendo que el sistema fluvial no pueda absorber todo el volumen de agua.

Aunque estas inundaciones no son nuevas, existiendo episodios registrados desde 1582, su frecuencia y severidad parecen estar aumentando por el cambio climático. El desbordamiento del Asón y sus afluentes afecta directamente a zonas urbanizadas, zonas industriales y áreas agrícolas que ocupan parte de la llanura de inundación natural. Este espacio, originalmente diseñado por la propia dinámica del río para absorber excesos hídricos, ha sido progresivamente ocupado y modificado por construcciones humanas, repercutiendo en una pérdida de capacidad de almacenamiento natural que agrava el impacto de cada episodio.

Los vecinos y vecinas de Ampuero conocen bien el riesgo, pero muchas veces se sienten desprotegidos ante una amenaza que parece inevitable. Las alertas y planes de emergencia funcionan como respuesta puntual, pero la falta de soluciones estructurales y sostenibles refuerza la percepción de abandono. En este contexto, se vuelve imprescindible analizar a fondo qué está provocando estas crecidas y qué puede hacerse para mitigar sus efectos a largo plazo. El proyecto de restauración fluvial del río Asón y afluentes en Ampuero y reducción del riesgo de inundación en las zonas urbanas, T.M. de Ampuero, Cantabria es la respuesta que el ayuntamiento ha elaborado para mitigar las consecuencias de estas crecidas del río.

Repaso histórico a las inundaciones en Ampuero

A lo largo de la historia, las inundaciones en Ampuero han sido frecuentes, con eventos puntuales de crecidas que han supuesto enormes daños a todos los niveles, tanto sociales como económicos. Entre las avenidas extraordinarias más relevantes destacan:

  • 1582, con un gran desbordamiento de los ríos Agüera, Asón y sus afluentes, el cuál deshizo y arrastró varios puentes a su paso.
  • 1737,  una inundación en la que varias ferrerías que se servían de las aguas del río quedaron completamente destruidas.
  • 1936, una riada de grandes dimensiones que quedó opacada por el inicio de la Guerra Civil en España.
  • Septiembre de 1941, una inundación que se cuenta que dio lugar a los encierros de Ampuero, cuando los vecinos fueron a rescatar a las vaquillas que estaban en la plaza de toros.
  • Octubre de 1953, el agua arrasó vegas, maizales y huertas de Ampuero y Limpias, llegando un camión a quedar bloqueado por la riada y quedando el techo solo a la vista.
  • Junio de 1955, la riada de los quesos, conocida de esta manera porque flotaban quesos de la fábrica de Ramales arrastrados por el río.
  • Junio de 1977, previo a las primeras elecciones democráticas en España, pidiendo los ciudadanos barcas en tono de broma para ir a votar.
  • Junio de 1978, la mayor riada registrada hasta la fecha, con una muerte y un tramo ferroviario del que desaparecieron 300 metros de vía.
  • Agosto de 1983, una de las más catastróficas del norte de España, especialmente en Bilbao, aunque no tan fuerte en la zona del Asón.
  • Abril de 1989, con unos niveles de agua que superaron los 600 m³/s
  • Diciembre de 1993, que trajo niveles de agua que superaron los 700 m³/s
  • Junio de 2010, la primera de la época reciente, afectando principalmente al entorno de la plaza de toros y a Marrón, en un momento próximo tras la construcción de instalaciones deportivas en la llanura de inundación, como se ve en la siguiente noticia: El Asón recuperó su cauce habitual | El Diario Montañés
  • Enero de 2015, una crecida que supuso cortes en la carretera de Marrón y el polígono, desalojos de vecinos y múltiples daños materiales en la zona de la llanura de inundación, como puede ver en la siguiente noticia: El Asón se ahoga | El Diario Montañés
  • Enero de 2019, ocupando por completo la llanura de inundación, y desbordando tanto Marrón como el núcleo urbano de Ampuero, como puede verse en el siguiente vídeo: El Asón se desborda e inunda Ampuero y Marrón | El Diario Montañés
  • Noviembre de 2021, llegando a inundar prácticamente todo el centro de Ampuero, entrando en diferentes comercios, como puede observarse en el siguiente vídeo: Inundaciones en Ampuero | El Diario Montañés

Un río desbordado por causas acumuladas

La principal causa de las inundaciones en Ampuero es el desbordamiento del río Asón, pero detrás de este fenómeno existen múltiples factores interrelacionados. En primer lugar, el cambio climático está provocando un aumento de las precipitaciones extremas. Los episodios de lluvias intensas en cortos periodos de tiempo saturan los cauces, impidiendo que el agua fluya de forma controlada, pudiendo ocurrir en cualquier época del año. Esta nueva climatología ha superado la capacidad de muchas infraestructuras hidráulicas diseñadas en el siglo pasado.

En segundo lugar, la ocupación de zonas inundables es un factor determinante. Urbanizaciones, caminos, áreas industriales e incluso zonas deportivas han invadido espacios que históricamente funcionaban como válvulas de escape del río. Al impermeabilizar el terreno, se impide la infiltración natural del agua y se acelera su desplazamiento hacia los cauces, colapsándolos. Además, muchos tramos fluviales han sido canalizados o encajonados, eliminando meandros que en el pasado ralentizaban la corriente.

También se debe tener en cuenta la falta de mantenimiento en algunos puntos del sistema fluvial. La acumulación de sedimentos, restos vegetales o residuos puede generar atascos que actúan como tapones en momentos críticos. En conjunto, estas causas no son independientes, sino que se retroalimentan. Una gestión fragmentada, centrada solo en la emergencia y no en la prevención, ha permitido que estas causas se consoliden y amplifiquen el riesgo de desbordamientos recurrentes.

Impactos sociales, económicos y ambientales en Ampuero

Las consecuencias de las inundaciones en Ampuero van más allá del daño material. Cada episodio supone una fuerte carga emocional para las familias afectadas, muchas de las cuales ven sus hogares y pertenencias anegadas. Además del estrés, la limpieza posterior y la pérdida de objetos personales generan un sentimiento de impotencia creciente entre la población local. Para quienes viven cerca del cauce, cada aviso meteorológico se convierte en motivo de alerta, haciendo que una solución sea necesaria.

En el plano económico, las inundaciones afectan al comercio local, paralizan la actividad agrícola y dañan infraestructuras públicas como carreteras, puentes y redes de saneamiento. La reparación de estos daños representa un coste importante para las arcas municipales y autonómicas, además de afectar al desarrollo económico de la comarca. También se producen pérdidas en explotaciones ganaderas o agrícolas que dependen de terrenos fértiles, pero vulnerables a las crecidas.

A nivel ambiental, estos eventos generan desequilibrios ecológicos. La inundación de zonas urbanas conlleva la dispersión de contaminantes, aceites o residuos domésticos al medio fluvial. Por otro lado, la fauna y flora de ribera puede sufrir alteraciones por la acumulación de sedimentos o por la eliminación de hábitats tras cada crecida.

La importancia de recuperar la llanura de inundación

Uno de los enfoques más eficaces y sostenibles para reducir el impacto de las inundaciones en Ampuero es la recuperación de la llanura de inundación. Este área, situado junto al cauce del río, actúa como zona de expansión natural cuando el caudal supera los límites ordinarios. Su función es clave para disipar la energía del agua, retener sedimentos y evitar que el flujo se concentre peligrosamente en zonas urbanizadas.

Restaurar la llanura de inundación implica devolver al río parte de su espacio vital, desmantelar barreras innecesarias y permitir que el agua vuelva a seguir caminos naturales durante las crecidas. Este tipo de intervenciones no solo mejora la seguridad hidráulica, sino que también fomenta la biodiversidad y revitaliza el paisaje. En el caso de Ampuero, existe la oportunidad de aplicar este enfoque, combinándolo con medidas de creación y retranqueo de motas, ampliación de la sección libre de paso, retirada de materiales no naturales del cauce, recuperación de meandros, etc. Estas soluciones basadas en la naturaleza (SbN) están alineadas con las políticas europeas de adaptación al cambio climático y representan una alternativa realista frente a costosas obras de ingeniería gris.

Gestión del riesgo y participación ciudadana

La gestión de las inundaciones en Ampuero no puede recaer únicamente en las administraciones públicas. La ciudadanía tiene un papel clave en la prevención, alerta y recuperación ante estos eventos. Las iniciativas locales, las asociaciones vecinales y los programas de educación ambiental ayudan a generar una cultura del agua más consciente, donde se comprenda el riesgo y se promuevan prácticas respetuosas con el entorno fluvial.

Una herramienta fundamental en esta estrategia es la planificación participativa. Por ello, este proyecto incluye a los habitantes de Ampuero en el plan de gestión del riesgo de inundación para fomentar la transparencia, generar confianza y fomentar el compromiso colectivo. Además, con esta participación ciudadana se puede lograr conocimiento tradicional y disponer de observaciones que complementan los datos técnicos. En consecuencia, escuchar a quienes conviven con el río es vital para diseñar soluciones eficaces.

Restauración fluvial del río Asón y afluentes en Ampuero y reducción del riesgo de inundación en las zonas urbanas cuenta con el apoyo de la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR), financiado por la Unión Europea – NextGenerationEU.